miércoles, 29 de febrero de 2012

Sabella tiene razón


El entrenador de la selección Argentina está en lo cierto, dio en la tecla. Y no precisamente por el armado del equipo, ya que el rendimiento colectivo sigue siendo una deuda. No sólo en la defensa está el problema; el mediocampo tiene mucho sacrificio y carece de juego. Mascherano y Braña manejan las mismas herramientas y tal vez sobre alguno de los dos. Por afuera, Maxi Rodríguez sigue lejos del nivel exhibido en Alemania 2006 y José Sosa, más allá del buen segundo tiempo en Barranquilla ante Colombia, no termina de explotar. Con este escenario, Messi y Agüero son los focos que encienden la ilusión. Y claro, también Higuaín, hoy ingresando desde el banco.

Algo es innegable: Argentina fue superado por Suiza en términos colectivos. No obstante, la diferencia la marcaron los de adelante. Agüero, en el mejor momento de su carrera, continúa erigiéndose como el compañero que mejor entiende a Messi. El jugador del City no convirtió, pero participó activamente en los tres goles: primero dejándole la pelota de taco al 10 para que éste definiera como en el Barcelona; luego, robando la pelota cerca del área contraria - Lio hizo el resto-; después, arrancó la acción que derivó en el penal a Higuaín. Y como si esto fuera poco, no tiene problemas en esperar su chance en el banco cuando el técnico lo dispone.

De Messi se puede decir poco, comparado con lo que hace en la cancha. Hoy jugó un partido bárbaro, de esos con los que sueña cada vez que el calendario lo viste de celeste y blanco. Alguno de sus detractores dirá que fue en un amistoso, pero a él le sirve para empezar a ser el que brilla con la blaugrana. Aunque no hay que negar el peso del rival. Argentina da ventajas atrás que seleccionados de otra jerarquía no perdonan, y tampoco tiene volumen de juego.

Esperar que Messi haga tres goles por partido cuando el equipo no aparece es cargarlo con una presión más pesada que la cinta de capitán. Es el mejor del mundo, sin duda, pero necesitará de un andamiaje que lo acompañe, más allá de que sea el único hombre nacido en nuestras tierras capaz de definir un partido él solo. ''Tenerlo es una bendición'', expuso Alejandro Sabella en conferencia post partido. Y sí, tiene razón.

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